Cómo se construyó Venecia ¡ La ciudad flotante!

La ciudad de Venecia está situada en la laguna del mismo nombre que se encuentra al norte del mar Adriático. Su característica más particular es que se trata de una ciudad completamente peatonal, siendo las góndolas y los vaporettos los únicos medios de transporte que permiten el desplazamiento a través de los canales que atraviesan  toda la ciudad. 






Venecia se empezó a construir a partir del siglo V y, en un inicio, formó parte del Imperio Romano de Oriente. Su ubicación no fue casual, sino que se escogió un archipiélago de islas situadas en la laguna Venecia para ubicar su construcción con el fin de protegerse de los ataques de los pueblos germanos.


En un inicio, la ciudad carecía del aspecto monumental que tiene hoy en día. Sin embargo, tras la caída del Imperio Romano de Oriente, la ciudad se constituyó como ciudad-estado y se especializó, gracias a su particular ubicación geográfica, en el comercio entre Europa y Asia. Esto le sirvió para amasar grandes cantidades de dinero y riquezas e iniciar su época de mayor esplendor, algo que permitió que empezara la construcción de la ciudad de Venecia tal y como la conocemos hoy en día.


Durante largos períodos de la historia Venecia estuvo bajo el mandato de Austria y Francia, finalmente, en el año 1866 se incorporaría al moderno estado de Italia, donde actualmente constituye la capital de la región de Véneto.






Aunque Venecia parece estar construida directamente sobre el agua, la realidad es que la ciudad está levantada sobre un primitivo atolón que formaba un archipiélago de 118 islas unidas entre sí por más de 450 puentes. De este modo, aunque el aspecto sea el de una ciudad flotante, en realidad está construida sobre tierra. Lo que sucede es que está erguida sobre un archipiélago con unas características geográficas muy particulares que, junto a la saturación de edificios en la zona, dota a la ciudad de un aspecto flotante..


Para su construcción, los diferentes materiales tuvieron que ser transportados en barco desde tierra firme. Sin embargo, una vez la ciudad fue creciendo, empezó a producir y a desarrollar sus propias industrias y actividades económicas, principalmente centradas en el comercio entre Oriente y Occidente. Un buen ejemplo de la prospección de estas industrias lo encontramos en la isla de Murano, una isla que forma parte del archipiélago de la laguna de Venecia y es mundialmente conocida por su cristal.


En la actualidad, el ascenso del nivel del mar podría llegar a sumergir Venecia bajo el agua en menos de 50 años. No obstante, existen diferentes proyectos para evitar que esto suceda, aunque el coste que se tendría que afrontar es muy elevado.







Un ejemplo de estos proyectos que se están acometiendo para proteger la ciudad es el Sistema MOSE (Modulo Sperimentale Elettromeccanico). Este proyecto está enfocado a proteger tanto la ciudad como la propia laguna de las marea altas, aunque también podría tener aplicaciones en el caso de un aumento repentino del nivel del mar como consecuencia del cambio climático. El Sistema MOSE prevé la construcción de hasta 78 puertas basculantes que, según las necesidades y la previsión de las mareas, permitirían cerrar el paso del agua del mar Adriático al interior de la laguna. Cuando la marea descendiese, estas compuertas se volverían a abrir, permitiendo la circulación normal de las corrientes marinas.


Por esto Venecia es una ciudad increíblemente frágil y las graves inundaciones de estos días son solo uno de los peligros que la afectan. El tráfico de los grandes cruceros y el impacto del turismo también ponen en riesgo al complejo "bosque" de pilares de madera que la sostienen, el mayor secreto de la ciudad.








Encima de estos palos se construyeron después los fundamentos de los edificios en ladrillo y piedra, y es en esa parte superficial donde se aprecian los efectos "terribles" del "acqua alta", que deja la sal dentro de la piedra y la deteriora. Un experto en restauración dice que esta estructura original se puede calificar de "milagro", al haber resistido durante siglos, y alaba la "gran inteligencia" de los venecianos que idearon este sistema, pero actualmente incluso este "milagro" está en peligro.


El paso de cruceros por el Gran Canal y otras vías de la ciudad provoca un gran desplazamiento de agua que termina por corromper los cimientos de la localidad, un movimiento que se traslada también a los canales menores y hace peligrar los históricos edificios que se asientan sobre los palos.


Comentarios